¿Cuál cree que es el factor más importante, además del contenido, que decidirá si su servicio de streaming de vídeo será un éxito o no?

Se trata, por supuesto, de la experiencia del usuario (UX). Y una de las formas de crear una gran UX es tener la opción de crear la mejor interfaz de usuario (UI) para tus espectadores.

Bienvenido a otro episodio de uCast Shorts, en el que simplificamos el complejo mundo de IPTV/OTT, función por función.

En el episodio de hoy, nos sumergimos en las funciones configurables de la interfaz de usuario para operadores, un elemento crucial que puede hacer triunfar o fracasar su servicio de streaming de vídeo, además del propio contenido, por supuesto. Se trata de crear una experiencia de visualización fácil de usar, atractiva y personalizada que destaque.

Crear la interfaz de usuario perfecta tiene sus dificultades. Los operadores afrontan costes elevados por cambios en la interfaz de usuario de aplicaciones OTT e IPTV; a menudo hay una falta de flexibilidad en las alteraciones de diseño; y los operadores a veces tienen opciones limitadas para promocionar contenidos sin la ayuda del proveedor de tecnología. Y no nos olvidemos de las interfaces que no son lo bastante atractivas o de los marcos heredados que restringen la forma en que los operadores pueden mostrar sus contenidos, dejándoles, al final, a merced de sus proveedores de tecnología para cada pequeño ajuste.

Para superarlo, UniqCast ha diseñado una plataforma pensando en los operadores. La arquitectura consiste en simplificar las operaciones y ofrecer un control total sobre la presentación de la aplicación. Hemos desarrollado una herramienta de configuración intuitiva y sencilla, que permite realizar cambios completos en el diseño que pueden aplicarse a nivel de operador... hasta el nivel de perfil del abonado. Esto significa que usted, como operador, puede ser flexible y crear diferentes diseños para diferentes perfiles de abonados, por ejemplo, personas mayores o público joven.

Las ventajas son evidentes: los operadores adquieren la plena propiedad de la gestión de la aplicación, lo que se traduce en una experiencia de usuario mejorada, con numerosas opciones de personalización y la posibilidad de crear una solución acorde con su marca y sus directrices. Esta flexibilidad es crucial, ya que los usuarios de los distintos mercados tienen hábitos únicos. Los operadores no tienen que esperar los cambios de un proveedor, sino que pueden adaptar su servicio a las necesidades específicas del mercado sobre la marcha.